jueves, 31 de octubre de 2019

IMAGEN (IN) COMPLETA, poemas de Carolina Dávila




Los poemas de Imagen (in)completa convocan a la contemplación de lo quieto, del cuerpo y la multiplicidad de las quietudes, el movimiento de los cuerpos. El libro convoca a atender lo vulnerable, lo que resta y esa fragilidad indeterminada de lo humano. Las formas, entre pausas y versos alargados, van dibujando una imagen (muchas) que estalla para el lector, que cobra significado, que se completa, a través de la experiencia de uno mismo con esa quietud. Es un doblez de la pantalla, de las muchas pantallas, a las que nos enfrentamos a diario, sin pensar mucho lo que vivimos y la poesía de Carolina Dávila no las revela quietas y juntas para ver la cotidianidad del instante de todos sus modos. LA PANTALLA RECUERDA QUE ESTAMOS DEL OTRO LADO, es uno de sus poemas, en esa misma lógica de sentido.

 Imagen (in)completa es la imagen de lo humano del siglo XXI, con todo lo que resta después de las múltiples destrucciones, la mirada desde el universo cuerpo, hacia un universo galáctico donde somos precarios por la misma condición de lo pequeño y el viaje efímero en medio de múltiples constelaciones. Este poemario nos habla del sentir y del mirar de lo humano contemporáneo, ya no desde la incursión de un mundo moderno y vanguardista donde los automóviles y ferrocarriles son sinónimos de progreso sino tal vez desde la muestra de que todo progreso que ha pasado por nosotros nos hace más precarios, más expuestos y es en ese nombrarnos tal desde donde completamos la imagen de lo que somos en común: cuerpo, lenguaje, quietud, pausa, mudanza, existencia.


Angélica Hoyos Guzmán






§


IMAGEN (IN) COMPLETA (2018)






USÁBAMOS REPUESTOS Y REMENDÁBAMOS NUESTRAS PRENDAS
Éramos pobres
pero yo lo comprendí tiempo después

Mientras tanto
veía en nuestra pobreza
la delicada dignidad de lo austero
el uso solidario de lo indispensable
la sutil inclinación por lo necesario
                                                                                                                        No
                                                                               las fallas del sistema cuando
                                                              el resultado no tiene valor en sí mismo
                                                                                            No comíamos carne





***


[EL CUERPO, LA MURALLA]

Un ojo expresa su resistencia y se cierra
en la claridad del silencio
se confunde el tecleo con la taquicardia

El día es este atropello que pasa por el cuerpo
Por la postergación
de los alimentos y la fatiga

el cuerpo puesto en medio
el cuerpo
                barrera de contención
recibe los embates de la palabra
de las milimétricas negociaciones

para que nada cambie
para que se mantenga en el límite
la realidad con su desgarro




***


LA PANTALLA RECUERDA QUE ESTAMOS DEL OTRO LADO
es el muro que detiene

la rabia desatada
la falta de sincronía
que las imágenes congeladas constatan
(pero no hay pruebas de la emoción ni el desconcierto)

La vida ocurre sin nosotros
que quietos                   –como la imagen–
de la parálisis
culpamos a la mala conexión o al karma

Con los ojos fijos en la pantalla
puestos de frente        somos cuadros pequeños de colores
en los que ya no estamos               en los que apenas somos
pura subjetividad contenida




***                                           


FRENTE A LA FLOR CASI MARCHITA
la niña suplicó a su madre
No la cortes, déjala morir entre la tierra
pues lo que yo he cuidado
no son sus pétalos, sino sus raíces negras




***


SEÑALES DE PISTA

No es una virtud permanecer
                 hastiar, hastiarse

Es por eso que iniciado
el viaje no termina

A los otros les llegan pistas
                                    breves notas

no las manos, no el vientre
menos el cuerpo entero
y sus espasmos

El viaje consiste en descubrir
que se es triste
                                     se es solo
                                                      y siempre se está lejos

El viaje consiste en descubrir
cuánta inutilidad esconde el movimiento





§


Carolina Dávila (Bogotá, Colombia). Es escritora y abogada feminista, tiene una maestría en Derechos Humanos y Democratización y un MFA en Escritura Creativa. Ha sido editora de Rio Grande Review. Ha publicado los libros Como las Catedrales (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2011; Caracas: Fundarte, 2014), ganador del Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura (2010), e Imagen (in)completa (Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2018).  Sus poemas han sido traducidos al árabe, el italiano e el inglés. Actualmente cursa un doctorado en Español y Portugués en Nueva York y es editora del fanzine de poesía y ensayo La Trenza.



Del libro Imagen (in) completa (Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2018). El texto introductorio es un fragmento de Angélica Hoyos Guzmán, publicado en LiterariedadRevista Latinoamericana de Cultura. 


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