Los poemas de Imagen (in)completa convocan a la
contemplación de lo quieto, del cuerpo y la multiplicidad de las quietudes, el
movimiento de los cuerpos. El libro convoca a atender lo vulnerable, lo que
resta y esa fragilidad indeterminada de lo humano. Las formas, entre pausas y
versos alargados, van dibujando una imagen (muchas) que estalla para el lector,
que cobra significado, que se completa, a través de la experiencia de uno mismo
con esa quietud. Es un doblez de la pantalla, de las muchas pantallas, a las
que nos enfrentamos a diario, sin pensar mucho lo que vivimos y la poesía de
Carolina Dávila no las revela quietas y juntas para ver la cotidianidad del
instante de todos sus modos. LA PANTALLA RECUERDA QUE ESTAMOS DEL OTRO LADO, es
uno de sus poemas, en esa misma lógica de sentido.
Angélica Hoyos Guzmán
§
IMAGEN (IN) COMPLETA (2018)
USÁBAMOS
REPUESTOS Y REMENDÁBAMOS NUESTRAS PRENDAS
Éramos
pobres
pero
yo lo comprendí tiempo después
Mientras
tanto
veía
en nuestra pobreza
la
delicada dignidad de lo austero
el
uso solidario de lo indispensable
la
sutil inclinación por lo necesario
No
las fallas del sistema cuando
el
resultado no tiene valor en sí mismo
No comíamos carne
***
[EL
CUERPO, LA MURALLA]
Un
ojo expresa su resistencia y se cierra
en
la claridad del silencio
se
confunde el tecleo con la taquicardia
El
día es este atropello que pasa por el cuerpo
Por
la postergación
de
los alimentos y la fatiga
el
cuerpo puesto en medio
el
cuerpo
barrera de contención
recibe
los embates de la palabra
de
las milimétricas negociaciones
para
que nada cambie
para
que se mantenga en el límite
la
realidad con su desgarro
***
LA
PANTALLA RECUERDA QUE ESTAMOS DEL OTRO LADO
es
el muro que detiene
la
rabia desatada
la
falta de sincronía
que
las imágenes congeladas constatan
(pero
no hay pruebas de la emoción ni el desconcierto)
La
vida ocurre sin nosotros
que
quietos –como la imagen–
de
la parálisis
culpamos
a la mala conexión o al karma
Con
los ojos fijos en la pantalla
puestos
de frente somos cuadros pequeños
de colores
en
los que ya no estamos en
los que apenas somos
pura
subjetividad contenida
***
FRENTE
A LA FLOR CASI MARCHITA
la
niña suplicó a su madre
No
la cortes, déjala morir entre la tierra
pues
lo que yo he cuidado
no
son sus pétalos, sino sus raíces negras
***
SEÑALES
DE PISTA
No
es una virtud permanecer
hastiar, hastiarse
Es
por eso que iniciado
el
viaje no termina
A
los otros les llegan pistas
breves notas
no
las manos, no el vientre
menos
el cuerpo entero
y
sus espasmos
El
viaje consiste en descubrir
que
se es triste
se es solo
y siempre se está lejos
El
viaje consiste en descubrir
cuánta
inutilidad esconde el movimiento
§
Carolina Dávila (Bogotá, Colombia). Es escritora y
abogada feminista, tiene una maestría en Derechos Humanos y Democratización y un
MFA en Escritura Creativa. Ha sido editora de Rio Grande Review. Ha
publicado los libros Como las Catedrales (Bogotá: Universidad Nacional
de Colombia, 2011; Caracas: Fundarte, 2014), ganador del Premio Nacional
de Literatura del Ministerio de Cultura (2010), e Imagen (in)completa (Bogotá:
Universidad Externado de Colombia, 2018). Sus poemas han sido traducidos al árabe, el
italiano e el inglés. Actualmente cursa un doctorado en Español y Portugués en
Nueva York y es editora del fanzine de poesía y ensayo La Trenza.
Del
libro Imagen (in) completa (Universidad Externado de Colombia,
Bogotá, 2018). El texto introductorio es un fragmento de Angélica Hoyos Guzmán, publicado en Literariedad, Revista Latinoamericana de Cultura.
me encanto leerla
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